De cuando me di cuenta de que mi mejor amigo (también) era un machirulo.

19 noviembre, 2015 por patriarcadomata

Lo que escribo a continuación lo escribo con un dolor enorme porque todavía me intento asimilar la hostia en la cara que me dieron juntitas la realidad y el patriarcado.
Desde que me puse por primera vez las gafas violeta hasta el mismo instante en el que estoy escribiendo esto han pasado ya unos cuantos años.
Al principio, me negaba a ser consciente de las cosas que poco a poco iba viendo como desnaturalizadas. Me explico: aquel momento en el que te empieza a chirriar y no sabes muy bien por qué que tu grupo de colegas no te valora una mierda y dejas de pasar por alto cosas que eran normales hasta hace nada. Mierda, para qué despertar si solo va hacer que incomode al resto.
Por suerte, en este caminito de toma de conciencia política y feminista estabas tú de cerca. El tío que compartía visión conmigo en tantos aspectos y que no era un machista integral como el grupo de amigos de mi novio. Wow, si es que contigo sí que se puede estar.
Han pasado unos cuantos años ya. Mi feminismo y mi forma de relacionarme con el mundo han evolucionado a la vez que tú evolucionabas conmigo, y los dos juntos, comenzábamos vida política.

Son unos cuantos años ya que llevas escuchando quejarme de actitudes machistas, escucharme hablar de cargarme agresores machitos, en los que me has acompañado a manifestaciones, a charlas y actos, en el día a día de mis relaciones y rollos con sus dosis de toxicidad, amor romántico y jerarquías. Siempre señalando ante ti a todo el mundo como si no hubiera visto que ahí, a mi lado, estaban tus privilegios.
Pero finalmente el otro día fui consciente de aquello que ha estado como una constante que yo no podía ver.
A la llamada de auxilio que hacíamos unas cuantas compañeras tu respuesta fue la impasibilidad y una ristra de argumentos que ya he debatido y rebatido a hordas de machos de diferentes tipos y tamaños, algo se rompió dentro de mí. Sonó click y las gafas violeta se habían convertido en rayos ultravioleta que iluminaban la parte que no veía de ti. Hostia, eres como el resto.

 

Historia enviada por K.